La noche llegaba sudorosa
en brazos de un viento tropical,
María estaba nerviosa,
el calor la trastornaba
hasta un punto irracional.
-Es una noche infernal-
gemía desesperada,
y buscando el calor paliar,
dudaba entre ducha fría
o irse al parque a sornar.
Se tumbó sobre la cama
para así mejor pensar
cual de las dos decisiones
debería de tomar.
El calor y la galbana
la tenían aturdida,
-mejor me quedo en la cama-
dijo, no muy convencida
y con calma de felino,
la ropa que le agobiaba,
poco a poco se fue quitando
y no hay que ser adivino
para saber que desnuda,
Maria se fue quedando.
Desde un rincón de la alcoba
un ser dañino y procaz,
su desnudez contemplaba
con apetito voraz.
Aquel incitante cuerpo
la codicia despertaba,
en ese ser, que escondido,
su gran momento aguardaba.
María al sueño cedía
y en él se hubiera perdido,
de no ser porque espantada
sitió su cuerpo agredido,
por algo que detestaba
y que no había advertido.
Y en un impulso instintivo
empezó a dar manotazos
en estado compulsivo,
consiguiendo así librarse
de aquel ser tan repulsivo.
La calma volvió a la estancia
y María se relajó,
más cuando el sueño de nuevo
hacía su aparición,
el infame, que estaba escondido,
de entre las sombras salió
y cual cohete encendido,
sobre ella se abalanzó.
Al sentir ésta en su cuerpo
el contacto aterrador,
sacudió las manos con fuerza
y a la primera acertó.
El irritante mosquito
abatido por fin quedó,
entre la mano y las nalgas
aplastado sucumbió.
Y María muy ufana
de su hazaña y su valor,
se repantingó en la cama
y al momento se durmió.
jaaaaaaaaaaaaa muy bueno
ResponderEliminarMuy ingenioso. Me ha gustado
ResponderEliminarGenial me he reido un rato. Gracias por darnos pequeños momenos de hilaridad
ResponderEliminar