Me conoces Señor, Tú me has creado
y sabes que soy débil y que caigo,
y a pesar de mi ingrato desarraigo,
Tú nunca de mí te has alejado.
Muchas veces Señor yo te he fallado
sin por ello perder tu gran amor,
y hoy sabiendo el dolor que te he causado,
vengo a ti suplicando tu perdón.
Me conoces Señor, Tú me has creado
y conoces mis angustias y temores,
y aunque es cierto que a veces te he negado
y que pesan sobre mí muchos errores,
y aunque es cierto que a veces pareciera
que de Ti Señor me haya olvidado,
Tú sabes bien que ni siquiera
un día de amarte yo he dejado.
Y lo sabes Señor, pues me conoces,
porque Tú eres Señor, quien me ha creado.
Qué belleza, una hermosísima oración
ResponderEliminar