Aunque esté sola,
aunque nadie me acompañe en el
camino,
seguiré sin volver la vista atrás,
licuando entre mis manos los gemidos
de los goces que ya se han
extinguido,
por amores que han dejado de
alumbrar.
Imágenes danzantes en la mente
acarician los nocturnos de mi alma,
ocultando en una lágrima yaciente,
el resurgir insolente,
de afanes enredados en la calma.
Las palabras con el viento se han
mezclado
alejando la verdad de mis pupilas,
reflejándose en el rostro despoblado,
los anhelos mutilados,
que se ocultan en los huecos de la
ira.
Aunque esté sola,
aunque el miedo me impida caminar,
seguiré caminando hacia adelante
y aferrándome a los sueños delirantes,
fingiré que encontré por fin la paz
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