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16 may 2019

LAS CAMPANAS DE LA IGLESIA

Las campanas de la iglesia,
del pueblo de D. Pascual,
nunca dejan de tocar.
Tocan cuando nace un niño,
cuando hay fiesta en el lugar,
si alguien pasa a mejor vida
o hay quien casándose está.

Tocan si hay un incendio,
si hay vientos huracanados
o se acerca una tormenta
con despliegue de truenos y rayos,
cuando se montan trifulcas
entre vecinos airados,
porque una vaca pastando
ha invadido el otro prado.

Tocan al llegar el alba
y cuando el día se va,
cuando vuelven de la siega
y llamando al pueblo a rezar,
o cuando ocurre algún caso
insólito por demás.
Como el caso de la Justina,
una vaca un tanto esquiva
de cornamenta ejemplar,
que a la mujer del alcalde,
señora muy respetable,
le pegó una tal “corná”
que dejó su gran trasero
como campo sin arar,
siendo la excelsa señora
pitorreo general.

Tocan en las procesiones,
en el día del santo patrón,
en el cambio de estaciones
y en cualquier magna ocasión.

Las campanas de la iglesia
nunca dejan de tocar,
en el pintoresco pueblo
del amigo D. Pascual,
y por eso nuestro amigo,
de la vida ya curtido
y mente muy racional,
suele decir muy cabal
---si no tocan las campanas
algo en el pueblo va mal---