Mi querido Blacky, hoy hace un año que te fuiste de nuestro
lado para siempre y aunque el tiempo ha ido suavizando el dolor de tu ausencia,
no ha habido un solo día en todo este año que no haya pensado en ti. Todos los
días te he tenido presente y sobre todo últimamente, porque hay alguien que me
lo recuerda de continuo. Ese alguien se llama Sylvie y es una deliciosa perrita, de tu misma raza, que ya forma parte de nuestra familia. Aunque es más pequeñita, se parece tanto a ti….. se mueve igual que lo hacías tú y es tan mimosa como lo eras tú. Es
muy simpática y alegre, estoy segura que te hubiera gustado mucho y habríais
sido grandes amigos.
Pero no pienses, ni por un momento, que te ha venido a
sustituir. Tú siempre tendrás un lugar en mi corazón, al igual que lo tiene
Zuri, el caniche que vivió con nosotros 14 años, antes de que tú llegaras. Lo
mismo que los hijos, por muchos que haya, todos tienen su sitio en el corazón
de una madre, también vosotros, que sois como mis hijitos peludos, tenéis vuestro
sitio en mi corazón y ese sitio nunca nadie os lo arrebatará.
Por tanto pequeño mío, sé feliz, haya donde estés, sin el
temor de que te podamos olvidar, porque eso es algo que nunca va a ocurrir.
Todo mi amor para ti mi pequeñín, que espero te llegue junto
con un beso muy grande de todos
nosotros.
Te queremos
Sylvie
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