Tengo en mi cuerpo las huellas de sus manos
Surcos profundos como grietas sin cerrar
Caricias que hoy lloran un pasado
De nostalgia alimentado
Y enredado en la oscura realidad
Voy robando las horas a los días
Tratando de ignorar mi soledad
Y arrastrada por mareas de rutina
Me pierdo en un mar de ambigüedad
Las noches silenciosas se conmueven
Y me ofrecen su abrazo maternal
Mas los hilos que mis sueños mueven
Prisionera me mantienen
En un conjuro infernal
Un inmenso desamparo me rodea
Y siento gemir al corazón
En el pecho la llama del dolor flamea
Consumiendo lentamente la razón
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