Todo era triste y lejano
La tarde de la despedida
Cuando en temblor de agonía
Y escondiendo la emoción
Tomaste con fuerza mi mano
Y en el silencio dijiste adiós
El recuerdo de un suspiro
De ti me quise llevar
Y el aire de mi conmovido
En el cielo lo dejó prendido
Cual radiante talismán
Un reflejo crepuscular
Acarició compungido
El desgarrado alarido
Que de tu pecho y el mío
Luchaba por escapar
Temerosas las palabras
Se negaban a salir
Apenas un hilo de voz
Reflejo de la amargura
Que inundaba el corazón
Todo era triste y lejano
La tarde de la despedida
Un gemido entrecortado
Una lágrima perdida
Y un rayo de sol apagado
Que entre las nubes moría
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