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1 abr 2021

TEMORES

 

La noche bordaba la tarde
que en abanico de luces moría,
bajo un firmamento de jade
que de estrellas se cubría.

Fugaces los sentimientos,
de soledad se vestían
redoblando abatimientos,
que entre sonidos de ausencias
en el pecho se partían.

Desmoronados afanes
cual golondrinas tardías
de crepuscular plumaje,
con el viento se batían
y entre el agreste ramaje,
a morir se resistían.

En vano el alma buscaba
la piedad del pensamiento
que la quietud acosaba,
y oponiéndose al intento
su dolor acariciaba.



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