El veneno de aquel cuerpo
Trampolín a los infiernos
Es deleite que condena
A los oscuros eternos
Y robando en las ausencias
Enajenadas conciencias
Hasta las cumbres asciende
Azotando su galerna
En el temor que se pierde
Y en oscuros corredores
Su misterio se transforma
En silencios revestidos
De posesiones sin normas
Que fulminando temblores
Quieren vencer invasores
Inventando en desvaríos
Patéticos luchadores
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